miércoles, 21 de marzo de 2012

El retraso

El camino que te lleva al punto en el que ahora te encuentras está lleno de un compendio de decisiones, avatares, casualidades (algunas no tan casuales) que en su conjunto han hecho que tú estés aquí, y no dos centímetros más allá.

Puede ser que no nos terminemos de dar cuenta de todas esas cosas; en otras ocasiones oímos eso de "si hubiera hecho esto y no lo otro..." bueno, ahora que has hecho esto, y no lo otro, no hay motivos para arrepentirse, sino razones para aprender.

Algunos enfermos llegan a nuestra consulta, a nuestro quirófano, a nuestra vida por un cúmulo de decisiones que en ocasiones son buenas, aunque otras no. El llegar a un quirófano no quiere decir que las decisiones hasta ese momento hayan sido malas, aunque tampoco significa lo contrario: simplemente es el punto en el que estás, no tiene por qué ser en el que vas a acabar.

Hace unos días "mi invitado" fue un chico que venía a intervenirse de una fractura en un dedo de la mano. No tendría nada en especial si no fuera por la historia que lo envolvía: desde primera hora de la mañana sentía que llegaba tarde a todo, llegó tarde a clase por dormirse, salió tarde de clase por un examen, llegó tarde a comer, salió tarde hacia las clases de inglés que empezaban por la tarde... se detuvo a comprar la revista que le había encargado su hermana y, según se giraba, un motorista golpeó su brazo con el manillar, fracturándose un dedo de su mano.


"-Si no me hubiera detenido a comprar la revista habría pasado antes que la moto" me decía.

"-Bueno, por lo que cuentas parece que no sólo ha sido esa revista, llevas todo el día corriendo para llegar a los sitios. Quizás todo ha pasado así porque sí; quizás si hubieras empezado el día "a tiempo" habrías ido por delante lo justo para que tuvieras ahora más que ese hueso roto... quizás ese "retraso" te ha salvado de algo peor"


Reflexiones en la guardia.

Que paséis buen día

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