miércoles, 19 de octubre de 2011

Mi ciudad


Decir que tu ciudad o tu pueblo es el mejor del mundo puede entenderse como un acto de patriotismo a veces excesivo. Que un amigo que viene a las fiestas lo diga entra dentro de lo posible. Que una persona que no es de aquí le muestre tanto cariño a esta ciudad merece que le dedique unas líneas en mi blog.

De mi ciudad dicen que es el lugar en el que lloras dos veces: El día en que sabes que vienes a vivir, y el día en que sabes que te tienes que marchar...

No conozco a su autor, pero gracias


"Dicen que para amar algo hay que conocerlo. Y no conozco lugar en el que tal expresión cobre mayor sentido que Albacete. Aquélla ciudad –les habla un alcoyano- es, aún no he logrado entender por qué, objeto de chanzas y rimas más o menos ordinarias y que todos conocemos. Suele reivindicarse incluso como ejemplo de españolidad acomplejada, profunda, atrasada, normalmente en contraposición con las virtudes o méritos extranjeros o de otras ciudades españolas más europeas. De Albacete tan sólo se esperan quesos y cuchillos. Topicazos propios de una ignorancia sin lagunas.

Está en medio de ninguna parte”, me dicen a menudo, como si entre Madrid y las costas no hubiera vida inteligente ni casa en pie. Y yo digo que está cerca de todo. A dos horas del mar, a dos horas de la capital, nudo estratégico de comunicaciones.

En todas las competiciones deportivas hay un equipo revelación, un conjunto al que nadie espera porque nadie conoce; pues bien, de existir una suerte de torneo de ciudades no me cabe duda que Albacete sería la gran sorpresa, precisamente por haber sido durante demasiado tiempo la gran desconocida. Probablemente no pueda ofrecer espléndidos monumentos, vestigios romanos o catedrales que inspiren novelas. Probablemente, ¿y qué? Conozco pocos forasteros que bajen del autobús buscando desesperadamente las ruinas íberas o el museo de turno. Por lo general, cuando se visita una iglesia ocurre como en las bodas, la mitad se queda en el bar de enfrente. Así las cosas, pareciera que la Catedral de San Juan Bautista se construyera para callar bocas, pues hace menos de un siglo que se concluyó. De modo que el turista de guía en mano y riñonera que se empeña en martirizar a sus amigos con fotos de viajes también tendrá la oportunidad de hacerlo con postales de la ciudad. Amén de la citada Catedral, tiene el Museo de la cuchillería (éste también pareciera hecho ad hoc: ¿no esperan cuchillos? Que se jarten), el nuevo Ayuntamiento, la emblemática Posada del Rosario, o una plaza de toros con toros -que hoy en día ya es mérito-, réplica en miniatura de Las Ventas y que atrae magníficos carteles durante la Feria. Mención aparte merece el Parque Abelardo Sánchez, pulmón verde de la ciudad y seguro que, en proporción, de los mayores de España. De modo que si a nuestro turista afanoso –alampao por mejor decir- aún le queda batería en la cámara podría echar una ojeada a la interesante oferta comercial, Pasaje Lodares, calle ancha hasta el Altozano. Allí que se siente de una vez, y si lo hace frente al Gran Hotel que le tire un par de fotos y marche a llenar el buche. Al Callejón, a Nuestro Bar, al vuestro o al de más allá, es igual, comerá de fábula. Y aunque no es cocina manchega, alguien me enseñó que Il Forno es otra opción a considerar. Que el amigo elija a ojos cerrados: difícilmente se equivocará.

Albacete es ciudad limpia –como suelen serlo las de interior-, cívica-¡los jardines conservan las flores!- y ordenada, muy alejada del catastrófico urbanismo costero. Albacete es emprendedora, sencilla, comercial, de sobriedad castellana y vitalidad manchega. Genuina como pocas pero sin el divismo que caracteriza a otras capitales españolas. Albacete es grande aún teniendo el tamaño ideal.

La Feria, la más divertida de cuantas se celebran en España –y un servidor conoce unas cuantas-, es ejemplo evidente, concentrado en diez días, de las virtudes que adornan la ciudad. Desde el mismo recinto ferial, bautizado la sartén –quizá porque, como dice Joaquín Reyes, la gente se fríe ahí dentro-, hasta el momento vespertino de sidra y miguelitos, pasando por las tómbolas, las luces, las norias, el bullicio, los maniquíes pisando uva, los mejillones gigantes de exrealba, las hamburguesas de los montes del Tirol de Uranga, el Ateneo, los mojitos,pero sobre todo –y en realidad es éste y no otro el motivo que inspira estas letras- sus gentes, su capital humano que dirían hoy los cursis del idioma.

El albaceteño –y este masculino actúa de genérico, últimamente parece que hay que recordarlo- es hospitalario, amable, alegre, sencillo, espontáneo, y con una retranca y un ingenio que ahora, por fin, es conocido en el resto de España. Yo lo dije cuando aún no había ni Hora Chanante, ni Muchachada Nui, ni Tío la Vara, ni Goyo Jiménez: El ingenio creativo, la agudeza, la chispa que hay aquí no la hay en ningún otro sitio”. Es verdad, prometo que lo dije. Saturados del humor andaluz, a mi entender sobreactuado y cargante, que pivota en torno a la exageración permanente, el humor manchego toma el relevo y supone una bocanada de aire fresco. De Tarifa a Santander y de Alicante a Lugo se habla de asobine, de tollinas, o de guacheras,queexpresiones haya cascoporro y en todos sitios las hemos hecho nuestras.

Un lugar de gente alegre, que sonríe, abierta, y extrovertida, un lugar que conserva la ingenuidad de la mujer bonita que actúa como si no lo supiera.


Albacete, me gusta tu sonrisa."


De Rafael Nuñez Huesca. Gracias

11 comentarios:

  1. También se puede encontrar en http://www.latribunadealbacete.es/noticia.cfm/Opinión/20110924/albacete/EBFC24BE-9F37-0EEA-23C048BBF902193A

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  2. Casualmente hace pocos meses conocí tu maravillosa ciudad, y fue una increíble sorpresa: un lugar con muchísima vida tanto de día como de noche y una gente encantadora y muy muy hospitalaria, que te hacen sentir como si te conocieran de toda la vida.
    Aunque te tengo que decir, que como andaluza que soy, al igual que los prejuicios que se tienen tanto de tu ciudad como de los manchegos en general, te puedo asegurar que eso del humor "andaluz" sobreactuado y nuestro carácter cargante no deja de ser un cliché añadido que a veces nos pesa un poco como una losa. Entiendo que estés orgulloso de tu tierra y sus gentes, yo tengo el placer de trabajar en un pueblo albaceteño, Villarrobledo, y allá donde voy proclamo a los cuatro vientos lo agusto que me hacen sentir, tanto mis compañeros de trabajo como mis amigos manchegos. Pero que para engrandecer la casa de uno tampoco hay que desprestigiar la casa de otros: ni todos los catalanes son unos "agarraos", ni todos los madrileños unos "chulos", ni todos los andaluces somos unos "graciosillos". Me apena un poco que tengas ese pensamiento, porque al igual que sé de primera mano que en La Mancha hay muy buena gente, en Andalucía también hay mucha gente que merece la pena, sólo tienes que darte algún día un paseo por estos lares, que verás como eres muy bien recibido. Perdona si mi comentario ha sido excesivamente largo y un poco coñazo.

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  3. En realidad me he limitado a citar textualmente, sin valoraciones. Ciertamente no comparto esa parte de la carta por tus mismas razones, pero forma parte de ella y por ello he mantenido la integridad de la misma.
    Espero poder verte en alguna de mis guardias por Villarrobledo, que son unas cuantas :-)

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  4. Es más, he mantenido incluso las negritas como estaban escritas, no he tocado nada ni he enfatizado en modo alguno la carta.

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  5. Y, por cierto, he vivido en Córdoba, razón de más para conoceros y no compartir esa parte de la carta ;-)

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  6. Lo siento mucho si me he excedido en el comentario, ahora me siento un poco bastante culpable..... ainnsssss.
    Es verdad que sólo es una cita textual sin más contemplaciones, que no es algo de "tu propia cosecha" (gracias), pero es que es algo que llevo escuchando y arrastrando tanto y tanto tiempo, que ha sido leerlo y como que ya me he "cegado" por así decirlo. Desde que salí por primera vez de mi tierra ( con todo el dolor de mi corazón por cierto) siempre me han acompañado ese tipo de comentarios, incluyendo también el típico "como no quereis trabajar y estais todo el día de fiesta" y muchas más lindeces de ese estilo.
    Muchas gracias por aclararme los puntos y que no seas de ese tanto por ciento que piensa así ;)
    Por cierto, no me puedo creer que trabajes en Villarrobledo..... y que encima hayas trabajado en Córdoba ( mi casa!!!!!)
    PD: LO SIENTO MUCHO :)

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  7. Pues yo aún no la conozco. Y mira que me quedan pocas cosas de España por conocer. Nada: siguiente parada: Albacete.

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  8. Yo creo que lo que se dice de Albacete (tanto lo bueno como lo malo) y sus tópicos y típicos, se dice de todas las ciudades no solo de España si no del mundo entero. No hay ciudad (al menos de las que yo he conocido, y te aseguro que son unas cuentas) que no se diga algo malo, algo bueno; que no tenga tópicos y típicos. La diferencia entre unas y otras ciudades no radica en si tienen más o menos museos o más o menos importancia gastronómica o económica en el ranquin de ciudades, lo que deferencia y destaca a una ciudad de otra son sus gentes y la forma que tienen de mirarse y de reflejar lo que son a los demás.

    No me parece que a Albacete se la tenga que defender de nada y mucho menos de complejos (como los que me ha parecido entre leer en este artículo) ni hay que ofender otras costumbres o regiones para resaltar las virtudes que tiene Albacete y sus gentes. La gracia o el humor de las gentes albaceteñas no es ni mejor ni peor que el de otras comunidades (cito la Andaluza por que es la que se cita, con tal mal gusto, en el artículo). Cada ciudad, comunidad, región o país tiene sus cosas maravillosas y otras no tanto. Solo hay que saber verlas (todas, todas – tanto las buenas como las malas) y dejarse de complejos absurdos que no conducen nada más que a artículos con tan poca fortuna como éste que ofenden más que esclarecen y que no aportan nada nuevo.

    Así no se conoce Albacete.

    Un besito.

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  9. Gracias por la opinión :-)
    A mi, en su mayoría, me gusta, y en lo que estoy en desacuerdo ya lo he dicho y explicado, como a buen seguro has leído. no había mala intención al postearlo, es lo último que deseo en un blog que pretende todo lo contrario.
    Y complejos...que falta una fnac!!!
    Saludos

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