miércoles, 28 de septiembre de 2011

Hasta siempre


No me gustan las historias tristes...

Hoy sobraban las palabras. Tres personas se acercaban a aquella cama fría, cercana, pero a la vez tan distante, donde se encontraba la esposa y madre de sus vidas.
La procesión se acercaba al compás que marcaban las lágrimas que caían al suelo. La lucha corta pero intensa llegaba a su fin, y ellos lo sabían.
Sus tiernos 13 años no le han tapado la visión de lo que es perder a su madre, ni los 15 de su hermano han podido consolar a ninguno de los dos. Ni siquiera su padre ha sido capaz; estoico, duro, pero a la vez terriblemente comprensivo y afectuoso. Esos comportamientos que son tan difíciles de ver en tiempos de dificultad y que sólo los íntegros y buenos mantienen hasta el final.
Mientras sonaban las alarmas, mientras se escuchaba a algún paciente decir algo...se hacía el silencio a su alrededor. En ese momento nada importa más en el mundo que el eco sin sonido de la sala.
Nos despedimos con un tierno abrazo y unos ojos enrojecidos tras alguna pared. Todo parece llegar a su fin. Todo parece empezar.

Ánimo, y suerte a los tres.

domingo, 25 de septiembre de 2011

El tatuaje


Poner una epidural para ofrecer analgesia en el parto no es un asunto tan trivial como se puede pensar; tiene sus indicaciones, sus complicaciones y sus riesgos.
Un "problema" con el que cada vez nos encontramos más es con la presencia de tatuajes en la zona de punción, y las futuras mamás a veces no teminan de entenderlo.

...Dos alas de un ángel cogidas por el centro por una cabeza de Unicornio se apoderan de las lumbares de nuestra mamá...
"Entonces no me quieres poner la epidural"
"No, mire, es que el tatuaje está justo donde debemos pinchar"
"Yo firmo lo que sea, pero póngala"

La tinta que se emplea para realizar un tatuaje posee cierto efecto neurotóxico, esto es, resulta perjudicial o incluso nocivo para los nervios. Al puncionar el espacio epidural corremos el riesgo de colocar parte de ese pigmento alrededor de alguna raíz nerviosa, y dañarla. Esto muy posiblemente no tenga relevancia, pero puede causar desde un dolor permanente hasta una impotencia o debilidad en la madre. Eso sí, esto es bastante raro.
Por otro lado, aunque todavía no hay datos que muestren consistencia, parece que se ha relacionado también con el desarrollo de tumores espinales. Es, por tanto, una técnica que puede someter a riesgos excesivos a una persona, por otro lado sana.

"Mire, es que no es tan fácil. La epidural en su caso tiene sus riesgos"
"Yo así no puedo parir. Que me hagan la cesárea"

Ay madre...

lunes, 19 de septiembre de 2011

El regalo


Como cada mañana se ha levantado a prepararle el desayuno a su marido. No tendría por qué, pero es ese detalle que el cariño y la rutina de una relación de años da a la pareja. "No se ha acordado" debió pensar, cuando al marcharse se dejó la felicitación en algún punto de su mente, sin sacarla. Con la tranquilidad y el cariño que da el tiempo y el conocerse bien seguro que le perdonó.
Los niños... arriba con ellos. Hoy toca cole. Y el desayuno...
Esta mañana tiene muchas cosas que hacer y debe realizarlas pronto; tiene cita a las once como cada dos días, y sabe que no puede faltar.
El teléfono suena en casa, insistente, con una monotonía que no desvela ni de lejos lo que se esconde detrás de la línea...
Todo sucede muy rápido, es demasiada información a la vez, demasiadas emociones, demasiada carga incluso para alguien que vive pendiente de esa llamada. Su mente se sumerge en un sueño que luego la anestesia en el quirófano se encarga de prolongar un poco más.
"Abre los ojos -dice su marido- ya tienes tu regalo de cumpleaños"

Brillo en la mirada, lágrimas en los ojos, una cicatriz en su abdomen de una herida que no puede doler. Una vida nueva...
Felicidades, espero que ese riñón que ha llegado en forma de regalo te dé años de buenos momentos.

viernes, 16 de septiembre de 2011

De decisiones, errores y vida...


No sé cuántas veces he podido equivocarme a lo largo de mi vida: decisiones mal tomadas pensando que eran lo mejor, decisiones erróneas sabiendo que lo eran, decisiones buenas pero mal enfocadas desde el principio.
Muchas de ellas se convierten en pequeños obstáculos que se acaban sorteando y no les prestas más atención; otras, sin embargo, te hacen parar en seco en tu camino y, a veces, te hacen volver atrás para buscar uno diferente. A veces encuentras la senda, otras no... en ocasiones el camino se te corta para siempre, y descubres que era el tuyo, el que nunca debiste coger mal.
Cuando das un paso atrás es mejor analizar qué pasó y después, con las ideas claras, coger impulso y seguir con más fuerza que antes. Detenerse a veces sirve para ir más rápido, y mejor.
Espero no haberme perdido al interpretar mi mapa, y poder retomar la marcha por el camino que creo que es el mejor.
Que todos encontréis el vuestro.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Mírale la cara


Una de las cosas que más me gustan de mi trabajo son los "juguetes": los anestesiólogos disponemos de una gran cantidad de dispositivos para poder realizar procedimientos en condiciones más controladas, y también para poder ofrecer mejores cuidados a los enfermos críticos.
No es infrecuente encontrar en un quirófano o en una sala de reanimación un paciente literalmente rodeado de pantallas, bombas, monitores... cada uno descubriendo un secreto, una pista que nos indica si lo estamos haciendo bien.
Hace ya un tiempo tuvimos uno de esos enfermos. Una mujer de mediana edad llevaba varios días ingresada después de una cirugía complicada. Su "box" era lo más parecido a una tienda de electrónica, lleno de monitores, alarmas, luces....
Los días fueron pasando y los aparatos de medida se iban poniendo de acuerdo en que todo iba bien. Entonces planteé a mi adjunto si ese era el momento ideal para trasladarla a una habitación con su familia.
"-Mírala a la cara -me dijo- todavía no".
Llevaba razón. Las pruebas decían que iba mejor, pero su cara blanquecina y sus labios afilados decía que aun le faltaba tiempo y cuidados...
Pasados un par de días, mientras caminábamos por la unidad, se paró en seco y dirigiendo la mirada hacia ella me dijo "Hoy sí, ¿lo ves?".
Siendo objetivos estaba todo igual: los monitores y las analíticas decían lo mismo que los días anteriores, pero ella estaba comiendo y sonriente mientras su hija le enseñaba lo que creí identificar como maquillaje.
Las pruebas decían lo mismo, pero todo había cambiado.

A veces es fácil olvidar que disponemos de muchas herramientas para nuestro trabajo, pero no dejan de ser eso, una ayuda, no un fin en sí mismas. Gran lección que espero no olvidar.

domingo, 11 de septiembre de 2011

"Echar la anestesia"


"-Oiga, ¿qué anestesia le va a poner a mi marido? La última vez le costó mucho echarla".

Que a alguien le cueste "echar la anestesia" es una frase hecha que solemos escuchar muy a menudo. Pero, ¿a qué nos referimos al decirlo?

Normalmente con ese término se suele hacer referencia a un malestar general tras una intervención, caracterizado principalmente por sensación nauseosa con vómitos en ocasiones, y retención urinaria. También puede guardar relación con mareos, vértigos y debilidad. Con el paso de las horas los pacientes experimentan mejoría gradual de los síntomas, quedando en ocasiones una sensación desagradable.

Buena parte de estos síntomas son causados por la propia medicación empleada durante la intervención, sobre todo los opioiodes usados para tratar el dolor. La línea que divide la ausencia de dolor gracias a la medicación y el malestar por exceso es muy fina, y los anestesistas tendemos a preferir ser enérgicos para frenar el dolor, aunque cueste cierta sensación desagradable. En definitiva, que en parte es debida al intento de que no haya dolor.

Pero no sólo es eso. La propia cirugía es el estímulo más poderoso para que un paciente se sienta "regular" durante unas horas. Esto ocurre fundamentalmente en las cirugías abdominales, en las de oído y ginecológicas. La cirugía somete al cuerpo a un estímulo muy estresante que altera casi por completo el equilibrio corporal. Es, por decirlo de algún modo, como pasar una enfermedad muy intensa en muy poco tiempo. Según el cuerpo va recuperándose de la agresión va entrando en la normalidad.

Los vómitos en este caso suelen ser por la falta de movilidad intestinal, pero no guardan relación directa con la anestesia. De hecho se insiste mucho en las ayunas antes de la cirugía; porque, si no damos ninguna medicación de forma oral, ¿qué anestesia habría que "echar"?

Espero que la anestesia, si os hace falta, os siente bien

jueves, 8 de septiembre de 2011

Héroe


Cuatro de la mañana, suena el busca...
Tumbado en la mesa se encuentra él. Tendrá unos veinte años. Perfil griego, aspecto fuerte. Duerme plácidamente, o al menos eso parece. El color rojo vivo de su piel y la máscara de oxígeno delatan su origen. Se pondrá bien.
Me preocupa más su acompañante. De unos cuarenta años de edad, su aspecto es más débil, aunque el perímetro de su abdomen delata felicidad. Su pelo es canoso, pero seguramente menos de lo que aparenta por las trazas de ceniza que inunda su cara. Mirada perdida, ojos turquesa que miran al infinito. Su brazo izquierdo sostiene lo que parece ser su mano derecha.
"¿Le duele mucho?" Pregunto.
No contesta.
"Vamos a tener que pasarlo a quirófano, esa herida hay que curarla en profundidad"
Asiente, nada más.
"¿Se encuentra bien? Venga, se va a recuperar, y su familiar también"
"No es mi familiar. No lo conozco"
Silencio en la sala.
"Pasaba por allí."

Transcurrieron sólo unas horas en quirófano, aunque las secuelas durarán toda la vida. Pero nadie podrá quitarle la grandeza de lo que hizo. Nunca se le podrá agradecer lo suficiente el acto tan desinteresado que llevó a cabo. En los tiempos que corren la gente no se juega su integridad por el desinterés, por ser humano. La gente no pone "la mano en el fuego" de forma literal para evitar que otro lo haga. La gente no se juega el físico por salvar de un accidente a otro.
Y sin embargo, él lo hizo.

Seguro que el destino te tiene algo grande reservado. Gran persona y héroe anónimo.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Gracias


Caminos cruzados.
El destino a veces traza un punto de unión entre dos líneas aparentemente divergentes, se encarga de cruzar tu vida totalmente inconexa con la de otra persona. El destino a veces hace que toda la mala suerte que alguien puede tener se equilibre con toda la buena que otra persona ese día le cede, como el mayor de los regalos.
Hace unas semanas tuvimos uno de esos días en el trabajo. Un paciente, un sangrado oculto, una cirugía "exploratoria" en busca del origen.
Todo bien...todo mal...
Todo empieza a fallar finalizando la intervención, todas las alarmas de los monitores suenan sin cesar, algo está mal. Mirada de complicidad entre los cirujanos mientras un borboteo rojo rezuma por las gomas del aspirador. Han encontrado el punto, y es más grande de lo que ninguno de allí nos imaginábamos.
El pulso se va, el latido se va, él se va... se ha ido.
No se ha ido. Todos los esfuerzos por reanimarle dan sus frutos unos minutos después y cuando todo estaba perdido, todo se ganó, como esa bola de la ruleta que en el último momento se aloja en tu casilla.
7 horas de intervención y muchos días de ingreso después está a punto de volver a casa.
...a veces ese punto entre dos líneas sirve como apoyo para que una de las líneas prolongue su camino, y él ha querido darnos las gracias hoy por ello.
Hacer tu trabajo, y hacerlo bien, es una obligación, pero a veces reconforta que te animen a seguir haciéndolo.

Gracias a ti